La idea es tan simple como ingeniosa: un tambor de lavado montado en una bicicleta funciona con fuerza física. El dispositivo, que significa un paso adelante, especialmente en los países en desarrollo, fue inventado por el diseñador de productos Richard Hewitt. la El ciclo de centrifugado No solo ahorra tiempo, sino también agua y está diseñado para que el tambor de lavado se pueda conectar y quitar rápidamente.